A Profundidad
Estiman impacto negativo en capacidad global de carga aérea y aumento de precios por Guerra entre Ucrania y Rusia
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD por sus siglas en inglés) preparó una evaluación rápida del impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania sobre el comercio y el desarrollo, así como sobre cuestiones interrelacionadas en los ámbitos de las finanzas, tecnología, inversión y desarrollo sostenible.
Los resultados confirman un rápido empeoramiento de las perspectivas de la economía mundial, el cual destaca el aumento de precios en los alimentos, combustibles y fertilizantes, mayor volatilidad financiera, desinversión en el desarrollo sostenible, complejas reconfiguraciones de la cadena de suministro mundial y los crecientes costos comerciales.
“Esta situación, que evoluciona rápidamente, es alarmante para los países en desarrollo, y especialmente para los países africanos y menos desarrollados, algunos de los cuales están especialmente expuestos a la guerra de Ucrania y a su efecto sobre los costos comerciales, los precios de los productos básicos y los mercados financieros”, destacó la UNCTAD.
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No se puede descartar el riesgo de disturbios civiles, escasez de alimentos y recesiones inducidas por la inflación, sobre todo teniendo en cuenta el frágil estado de la economía mundial y del mundo en desarrollo como consecuencia de la pandemia de Covid-19.
Impacto en el transporte
Las medidas restrictivas sobre el espacio aéreo, la incertidumbre de los contratistas y los problemas de seguridad están complicando todas las rutas comerciales que pasan por la Federación Rusa y Ucrania. Los dos países son un componente geográfico clave del Puente Terrestre Euroasiático.
Mientras el espacio aéreo ruso esté cerrado a 36 países y viceversa, algunos expedidores recomiendan actualmente no reservar envíos por tierra entre Asia y Europa. “La guerra tendrá un impacto negativo en la capacidad global de carga aérea y elevará sus tarifas, ya que se ven obligadas a tomar rutas más largas y a gastar más dinero en combustible. Además, el comercio marítimo, ya caro y sobrecargado, tendrá dificultades para sustituir estas rutas terrestres y aéreas repentinamente inviables”, detalló el ente de las Naciones Unidas.
Debido al aumento de los costos del combustible y a los esfuerzos de desvío, la capacidad actual de transporte de contenedores se está viendo limitada. Esto es evidente por la actual crisis de la cadena de suministro y el posible cambio del transporte terrestre al marítimo (entre Asia y Europa).
A la vez, estiman que el impacto de la guerra en Ucrania provoque un aumento aún mayor de los fletes. No obstante, hay que señalar que, hasta ahora, los fletes mundiales de los contenedores no parecen haber subido, sino que han continuado su más reciente tendencia ligeramente a la baja desde los anteriores máximos históricos.
Esto se relaciona más con una tendencia mundial de relajación de los cierres por pandemia y la retirada progresiva de los paquetes financieros de estímulo, frente a la lenta mejora de la congestión en algunas zonas portuarias del mundo. Sin embargo, la presión al alza de las tarifas podría imponerse pronto.
La UNCTAD simuló que el aumento de las tarifas de los fletes de los contenedores durante la pandemia incrementó los precios al consumidor en todo el mundo en un 1.5 por ciento, con efectos especialmente sobredimensionados en las economías vulnerables, como los pequeños Estados insulares en desarrollo, los países en desarrollo sin litoral y los países menos adelantados.
Inflación y freno de la transición energética
El incremento de los precios de los alimentos y del combustible derivado de la guerra ya está acelerando la inflación en muchos países. Los efectos distributivos adversos afectarán a los segmentos más pobres de la población, ya que suelen gastar una parte desproporcionadamente alta de sus ingresos en alimentos.
Al mismo tiempo, los países que dependen de las importaciones de combustible y alimentos verán empeorar su balanza de pagos y aumentar la presión sobre los tipos de cambio.
Del mismo modo, el aumento significativo de los precios del petróleo y del gas puede hacer que la inversión vuelva a dirigirse a las industrias extractivas y a la generación de energía basada en los combustibles fósiles, corriendo el riesgo de invertir la tendencia hacia las energías renovables documentada en los últimos 5 a 10 años.
La UNCTAD advierte que la combinación de precios muy elevados de los alimentos y el combustible y la restricción macroeconómica ejercerá una fuerte presión sobre los hogares de los países en desarrollo: los ingresos reales se reducirán y el crecimiento económico se verá limitado. Incluso en ausencia de movimientos desordenados en los mercados financieros, las economías en desarrollo se enfrentarán a graves limitaciones en el crecimiento y el desarrollo.
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*Con información de Mundo Marítimo