En la década de 1980 no existía una carrera de cine o televisión en Guatemala. Lo más parecido era mercadotecnia, publicidad o diseño gráfico. Luis aprendió de todo eso y con el tiempo se ha convertido en un líder de esa industria.
Todo comenzó, cuenta Luis, porque su papá rentaba cada fin de semana ocho o diez películas en formato VHS en casa y calcula haber visto no menos de 3 mil películas durante su niñez y adolescencia.
“Mi sueño era hacer cine y televisión. A nivel medio estudié perito en mercadotecnia y publicidad, así comencé. Obviamente mis papás querían que estudiara algo como perito contador”, porque no le veían futuro a vivir “haciendo dibujitos” recuerda con gracia.
Con los años, se involucró en el sector publicitario, se acercó a los canales de televisión para hacer comerciales. “Cuando llegué a una agencia de publicidad grande (Leo Burnett), llegué como diseñador gráfico junior y allí conocí a Marlene Martínez – ahora Gerente de Comunicación de AGEXPORT – e hicimos dupla, ella ya tenía experiencia en el ramo”, apunta.
Esa oportunidad laboral le llevó a trabajar como director creativo en El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Argentina y Chile. Desde luego, visitar otros países le dio una perspectiva: hacer producciones audiovisuales era posible en Guatemala.
Así fue como comenzó su propio camino. Fundó la agencia publicitaria Sexto Día, después conoció a Javier Tessari, su socio, con quien surgió la idea de hacer una película: El Capitán Orellana. En ella hicieron cameos (aparición breve de una persona famosa) varias celebridades y personalidades guatemaltecas, como futbolistas, modelos y desde luego actores y actrices, pero también involucraron al sector privado como soporte financiero a través de Product Placement y Branded Entertainment.
Fue un reto grande el poder incorporar marcas privadas para la producción de la película. Nuestra meta era entretener a niños y adultos con una producción que fuera para todo público, porque hasta ese momento, la tendencia era la creación de películas de crítica social o protesta”, explica Luis, que para entonces creó la productora de cine Oro Puro Producciones.
Con El Capitán Orellana participaron en el festival argentino de cine Ventana Sur. Ese año – 2012 – se colocaron 116 películas de toda Iberoamérica y la distribuidora independiente más grande en el evento, Shoreline Entertainment, seleccionó seis producciones para ser representadas a nivel mundial, entre ellas, la guatemalteca producida por Luis Tercero.
Eso sirvió como catapulta porque a raíz de ese contrato los contactó HBO. “Hemos trabajado varios guiones con Shoreline Entertainment y aprendimos que República Dominicana tiene una legislación que facilita la producción y coproducción en ese país”, reflexiona.
Cine y redes sociales
La producción cinematográfica maneja proyectos de largo plazo y su realización puede durar más de un año, así que, paralelamente, Luis ha encontrado un nicho en las redes sociales y es allí en donde ha aplicado el lenguaje cinemático como un modelo de negocio alternativo.
“No hago comerciales en redes sociales, cuento historias con marcas privadas involucradas como protagonistas en la narrativa, porque las personas no quieren ver publicidad allí ni en ningún otro lado, pero a través el storytelling es posible producir contenido interesante para el público”, comenta.
Así han tenido experiencias positivas, por ejemplo, una serie de episodios web de una marca de vehículos que llegó a 280 mil vistas en menos de tres meses, lo que se convirtió en ventas que acabaron con el stock de ese modelo de autos en Guatemala.
“No se trata solo de que las personas vean el contenido, se trata de provocar emociones y acciones en el consumidor”, apunta Luis.
La pandemia
Como prácticamente todos los sectores de la economía, tras la pandemia por COVID-19, el sector audiovisual se está reinventando.
“Muchos realizadores han visto afectados sus ingresos porque sus clientes han parado total o parcialmente sus labores o estaban gestionando proyectos en el extranjero. Pero también hemos encontrado oportunidad en asesorías y cursos en línea sobre cómo aprovechar las herramientas digitales de comunicación”, enfatiza el también presidente de la Comisión de Economía Naranja de AGEXPORT.
Según Luis en esta época están viendo más solidaridad como gremio y ahora el siguiente paso es traer más producciones al país para ayudar a levantar nuestra economía.
Las exportaciones guatemaltecas en el rubro de economía naranja, según un análisis de la Gerencia de Competitividad de AGEXPORT, alcanzan los US$ 17 millones anuales y se generan alrededor de 30 mil empleos directos.
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