Recuerdo que hace más de 12 años soñé que algún día tendría mi propio negocio. Pensaba lo increíble que sería ser mi propio jefe, tomar mis propias decisiones y ganar dinero con mi talento y creatividad.
Eran muchos sentimientos encontrados porque al mismo tiempo pensaba en las consecuencias de renunciar a la estabilidad de un sueldo seguro cada mes.
Pero el deseo de ser independiente y autosostenible fue más fuerte que la incertidumbre y me empujó a tomar la decisión de emprender mi camino hacia el éxito.
Ha sido un camino lleno de retos superados, lecciones aprendidas y logros alcanzados. Un camino que aún sigo recorriendo con la misma ilusión y pasión del primer día. Un camino que, he de confesar, ha estado lleno de preciados secretos que han sido la clave del éxito alcanzado y que hoy quiero compartir con todos.
Mi primer gran secreto es que nunca he estado sola. Esta historia de emprendimiento no es solo mía. Es una historia compartida que comenzamos a escribir junto a mi esposo, quien es mi principal socio, con quien colocamos la primera piedra de este proyecto al invertir no solo nuestros ahorros, sino también a poner en sintonía nuestros objetivos profesionales y personales.
Tener el socio correcto, en el momento correcto y con intereses compartidos genuinamente ha sido clave para avanzar con buen pie hacia el futuro. Esto me ha enseñado que la persona con quien se emprende un proyecto debe estar en nuestro mismo nivel de compromiso para superar juntos los obstáculos.
Desde nuestra fundación en 2006, hemos ido creciendo gracias a la calidad de nuestros servicios y en paralelo nos hemos ido rodeando de un increíble talento humano. Este es mi segundo secreto.
De ser solo dos personas, pasamos a ser una familia de 11 colaboradores creativos, talentosos y con valores, con quienes hemos fortalecido nuestra cultura de trabajo basada en la creatividad, el servicio y la calidad.
Cuando el sueño de crear este negocio invadió por primera vez nuestros pensamientos, la idea de vender nuestros servicios en otros países no formaba parte de nuestros planes iniciales. Pero de pronto, el mundo nos abrió sus puertas a un sinfín de oportunidades, lo cual nos motivó a trazarnos metas más altas para crecer a otra escala y fue así como llegamos a AGEXPORT.
Este es el tercer secreto de mi emprendimiento que me complace compartir. Asociarnos a AGEXPORT fue una de las mejores decisiones que tomamos como empresa.
Trabajar en asociatividad nos ha permitido compartir y alinear nuestras metas de empresa con las metas del sector económico al que pertenecemos. Ser parte de AGEXPORT nos ha abierto nuevas posibilidades de generación de negocios, ha mejorado nuestro perfil de empresa y nos ayuda a ser más competitivos en los mercados internacionales.
Ahora el sueño de llevar a nuestra empresa al siguiente nivel está cada vez más cerca de cumplirse. Gracias a AGEXPORT hemos adquirido valioso conocimiento que nos ha permitido mejorar significativamente nuestra oferta de servicios, así como el uso de herramientas que nos facilitan el acceso a mercados globales con eficiencia.
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