Opinión

La industria turística regional se une para superar el COVID-19

Mientras el turismo aguarda la reapertura de las economías, es crucial mantenerse cerca de los stakeholders de la industria para comprender cómo están manejando la pandemia y mitigando el impacto en el negocio, los empleados y la comunidad en general. En el momento actual, nadie puede darse el lujo de ser espectador.

La industria del turismo juega un papel importante en América Latina y el Caribe. Contribuye a cerca del 9.4 por ciento del PIB y el 8.5 por ciento del empleo total. Esto es en especial cierto en el Caribe, la región en el mundo con la mayor contribución de la industria al PIB y al empleo. Sin embargo, la crisis del COVID-19 ha cambiado esto de forma abrupta. Varios gobiernos de la región actuaron con rapidez y cerraron las fronteras al tráfico aéreo y promulgaron estrictos mandatos de cuarentena para frenar la propagación de la pandemia.

Estas iniciativas fueron importantes para suavizar el crecimiento precipitado en el contagio, pero detuvieron el desempeño de la economía. El sector turístico en América Latina y el Caribe se vio particularmente afectado y los hoteleros observaron con incredulidad cómo su desempeño récord de fines de febrero experimentó un deterioro dramático y sin precedentes en tan solo un par de semanas.

Según Smith Travel Research (STR), la ocupación en América Latina y el Caribe disminuyó de aproximadamente el 93 por ciento en la primera semana de marzo a casi 45 por ciento tres semanas después, y muchas propiedades experimentaron una ocupación significativamente menor.

El impacto en las operaciones ha sido significativo, ya que la mayoría de los hoteles en la región están cerrados o con operaciones bastante reducidas. Los que permanecen abiertos han cambiado su enfoque hacia acomodar a los socorristas, hospedar a ciudadanos varados, servir como alojamientos hospitalarios complementarios o actuar como oficinas alternativas para empresas que practican el distanciamiento social. Para los hoteles cerrados, casi todo el personal de línea ha sido puesto en suspenso o despedido, mientras que se ha retenido un alto porcentaje de los equipos de gestión, aunque con reducciones temporales significativas (30 a 50 por ciento) en el salario.

La lucha actual

Mientras el turismo espera la reapertura de las economías, BID Invest se mantuvo cerca de los stakeholders de la industria, incluidos hoteles y atracciones turísticas, bancos, consultores de mercado y asociaciones no gubernamentales para averiguar cómo están manejando la pandemia y mitigando el impacto en el negocio, los empleados y la comunidad en general. De todas las respuestas, una cosa estaba clara: esta es una instancia en la que nadie puede darse el lujo de quedarse al margen como espectador.

La mayoría de stakeholders de la industria están desempeñando un papel importante para amortiguar el impacto a los más afectados y para reiniciar la industria. Nuestras conversaciones con los hoteleros se centran en algunas áreas clave; (i) conservar la caja; (ii) buscar concesiones en sus créditos existentes; (iii) brindar apoyo a sus empleados y la comunidad local; y (iv) prepararse para el entorno posterior al COVID-19.

Además de la prioridad obvia de la protección de la vida, la preservación de la caja operativa ha sido de suma importancia para la supervivencia del sector. Los equipos de gestión se han enfocado en la gestión del flujo de caja y en hacer lo que sea necesario para seguir siendo solventes en un entorno de ingresos reducidos y, en muchos casos, nulos. Los hoteleros han hecho esfuerzos considerables para reducir su la quema de efectivo, que oscila entre un promedio de US$ 500 a US$ 1 mil 200 por habitación al mes, excluyendo el gasto con seguros y el servicio de deuda. Aunque la mayoría ha suspendido o despedido a la mayoría del personal, algunos están brindando apoyo a sus empleados a través de donaciones de alimentos, ya sea de su despensa existente o comprando alimentos básicos a proveedores locales para dar a los más necesitados.

Dada la afectación al sector, tener suficientes reservas de efectivo, acceso a líneas de crédito y apoyarse en relaciones bancarias buscando soluciones creativas y condiciones de préstamo flexibles son importantes ventajas competitivas. En términos de préstamos existentes, la mayoría de los propietarios están obteniendo algún tipo de alivio de los bancos, ya sea voluntario o por mandato del gobierno. En general, las instituciones financieras han podido ofrecer moratorias de tres a seis meses en el pago de capital y/o intereses, aunque la mayoría se ha mostrado reacio a reducir o hacer concesiones en la tasa de interés. Algunos están proporcionando reducciones en las tazas de administración para líneas comprometidas pero no desembolsadas, por hasta seis meses.

Nuevas soluciones para la nueva normalidad

Aunque no hay soluciones estandarizadas, los hoteleros están siendo creativos y adaptando su apoyo a la crisis a los desafíos intrínsecos de sus respectivas comunidades. Algunos operadores, por ejemplo, están utilizando su personal de alimentos y bebidas y de limpieza para proporcionar alimentos y suministros de limpieza a hospitales e instalaciones médicas del área. Otros están utilizando sus equipos de mantenimiento inactivo para realizar trabajos menores de reparación, mientras que algunos están suministrando equipo de protección personal (es decir, máscaras, guantes, etcétera) a la policía, bomberos, personal médico y otros socorristas.

En términos de preparación para una nueva “normalidad”, los hoteleros están aprovechando esta oportunidad para adaptar sus estrategias de marketing en línea para ajustar su mensaje a una nueva realidad, probablemente incorporando protocolos de bioseguridad y estándares de limpieza renovados. Volver a capacitar al personal para observar nuevos protocolos de distanciamiento social con los invitados será cada vez más importante. Algunos propietarios también están evaluando la necesidad de adaptar la huella física de sus hoteles, en especial la necesidad de considerar el distanciamiento social en áreas comunes como piscinas, bares y restaurantes, así como protocolos rediseñados en torno a las estaciones de comida tipo buffet.

Los procedimientos relativos a grupos, especialmente las convenciones y los eventos sociales también deberán revisarse para brindar confianza tanto a los invitados como a los empleados. De hecho, esta pandemia requerirá la implementación de mejores medidas de sanidad y procedimientos de limpieza, incluida la presencia de estaciones de desinfección convenientes y amigables para los huéspedes y el personal en toda la propiedad.

Aunque la pandemia del COVID-19 está devastando el sector turístico, la industria es resiliente y ha superado otros reveses importantes en el pasado. La respuesta del sector ha sido rápida, creativa y dinámica. Los propietarios, operadores, gobiernos, bancos y la comunidad están realmente trabajando juntos para encontrar soluciones a la crisis. Dada la profundidad y amplitud de esta pandemia, se requerirá un esfuerzo concertado de todas las partes interesadas para que podamos resurgir más fuertes que antes.

Vía BID.

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