Son precisos pasos audaces e inmediatos para que las empresas y economías puedan aprovechar el poder transformador del sector privado mientras nos esforzamos por cumplir nuestros compromisos de cero emisiones netas en el marco del Acuerdo de París.
Hay un viejo dicho sobre cómo tendemos a sobrevalorar la forma en que el mundo cambia cada año y a subestimar la profundidad de los cambios que se experimentan durante una década.
Este dicho probablemente explica por qué el impulso de las energías renovables en América Latina y el Caribe no es más conocido a nivel mundial. Veamos los datos: más de una cuarta parte de la energía primaria de la región procede actualmente de las energías renovables, el doble de la media mundial.
Desde Costa Rica, donde las fuentes de energía renovable representan el 99 por cientode su matriz eléctrica, hasta Brasil, con un 83 por ciento, los países pequeños y grandes utilizan cada vez más energía limpia.
Sólo en la última década, zonas que estaban al margen de la revolución de las energías renovables se han implicado por completo. Pensemos en mi país natal, Argentina, donde las energías renovables cubrían menos del 2 por ciento de la demanda total de energía en 2012 y ahora representan bastante más del 12 por ciento, y siguen en aumento. Guatemala, por su parte, ha pasado del 50 por ciento al 71 por ciento.
Si bien esto del todo impresionante, muchos países aún dependen de las energías no renovables. Se necesitan acciones audaces e inmediatas para que las empresas y las economías puedan aprovechar el poder transformador del sector privado mientras nos esforzamos por cumplir nuestros compromisos de cero emisiones netas en el marco del Acuerdo de París.
Nuestra región tiene el potencial de hacer mucho más. Aprovechando recursos naturales como la abundancia de luz solar y la tierra disponible, ALC puede convertirse en el principal centro de energía renovable del mundo, siempre que se garantice un mayor acceso al tan necesario capital global y a las mejores prácticas.
Ese es el fundamento de dos de nuestras últimas operaciones, anunciadas en las últimas semanas. Estamos aquí para ayudar a poner en marcha proyectos que valen la pena cuando se tiene la tierra, las condiciones adecuadas, pasión e ideas, pero cuando no siempre se cuenta con los fondos o la experiencia adecuada. Estos proyectos reúnen tales criterios.
Puede interesarle: Corporación de energía renovable realiza histórica colocación de bonos verdes a nivel internacional
Con la ayuda de un préstamo de hasta 300 millones de dólares, ENGIE Energía Perú construirá el parque eólico Punta Lomitas de 296.4 MW al sur de Lima, el mayor proyecto de energía renovable no convencional del país hasta la fecha.
En Barbados, por su parte, estamos prestando servicios de asesoramiento para garantizar la Evaluación de Impacto Ambiental y Social para el desarrollo de Renewstable Barbados, una instalación para la generación de energía solar de 50 MW con hidrógeno verde y almacenamiento en baterías de ion-litio.
La nueva instalación proporcionará un suministro de electricidad estable y limpio a la red de Barbados, también con la ayuda de IFC e Hydrogène de France (HDF). A todo debe quedarle muy claro que seguiremos predicando con el ejemplo.
- 8 modificaciones al Reglamento de evaluación, control y seguimiento ambiental
- Guatemala apuesta por una logística sostenible
- Cajas de autopago en idiomas mayas impulsan la inclusión en Guatemala
- Podcast: cómo prepararse con el Pacto Verde y exportar hacia la Unión Europea
- Licencia Ambiental: estrategia para la generación de negocios
Pingback: Empresa Holandesa Invertirá US$ 400 Millones En Guatemala Para Ofrecer Soluciones Sostenibles