La inflación promedio en Latinoamérica llegó a un nivel históricamente bajo de 2.7% en septiembre, excluyendo a Venezuela y Argentina que tenían problemas de inflación crónica previos a la pandemia.
Cuando los confinamientos hicieron que negocios, aeropuertos, fábricas, escuelas y casas cerraran sus puertas para mitigar la gravedad de la pandemia de Covid-19, las economías de los países latinoamericanos sintieron el golpe.
La brutal contracción económica en la región el año pasado estuvo acompañada por una caída en los precios de los bienes y servicios que pagan los consumidores.
“La inflación está en niveles históricamente bajos”, le indicó Ramón Pineda, Economista de la División de Desarrollo Económico de la Cepal; a BBC Mundo.
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Aunque la tendencia a la baja viene desde 2016, la caída de los precios fue mucho más pronunciada durante la pandemia, con un promedio regional de 2.7% en septiembre, (comparado con el mismo mes del año pasado) y excluyendo Venezuela y Argentina por sus problemas de inflación crónica (hiperinflación incluso en el caso venezolano).
Una mezcla de factores entre los cuales están las medidas para enfrentar la pandemia, la fuerte contracción de la demanda, la caída de los precios a nivel internacional (particularmente en el sector energético), los problemas de oferta y el aumento de la volatilidad cambiaria, argumenta Pineda.
Benjamin Gedan, director adjunto del Programa Latinoamericano del centro de estudios Wilson Center y profesor de la Universidad Johns Hopkins, explica que la baja de precios ocurre en un contexto muy complejo para Latinoamérica.
Tan devastadores que el Producto Interno Bruto (PIB) de la región en 2020 llegaría a una histórica contracción no vista en décadas (que puede estar en el rango de 6.9% a 7.7%, según las últimas estimaciones del Banco Mundial y de la Cepal).
Aunque la inflación promedio ha caído, hay muchas variaciones dentro de Latinoamérica. En países como Costa Rica y Nicaragua la disminución del índice de precios al consumidor (IPC) fue de al menos dos puntos porcentuales, mientras que, en otros como Guatemala, México, República Dominicana y Uruguay, hubo un aumento igual o mayor que un 1.
Un caso que rompe la tendencia regional es el de Argentina, donde la inflación bajó desde un 52,4% en septiembre de 2019 a un 35,2% en septiembre de 2020.
Cuáles son los 3 países de América Latina cuyas economías experimentarán un mayor “efecto rebote” en 2021 y en Venezuela -la otra gran excepción regional- también registró un descenso, pero de todos modos su inflación interanual en septiembre superó el 1.800%.
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No hay una sola inflación
Los economistas suelen analizar distintos tipos de inflación, para tener una idea más precisa sobre cómo están evolucionando los precios en distintos sectores de la economía.
En cambio, la inflación de bienes y la inflación de los alimentos aumentó en Latinoamérica, disparándose a un 6.9% en septiembre.
Ese aumento de los precios alimentarios es una tendencia que venía desde antes de la pandemia y que se ha consolidado en los últimos meses. Donde más escaló el precio de los alimentos en 2020 fue en Brasil, Chile, Guatemala y México, aparte de en Venezuela, que arrastra un problema generalizado de hiperinflación desde hace años.
¿Qué viene ahora?
Hasta ahora, los bancos centrales de la región han venido recortando tasas de interés a niveles históricamente bajos y han inyectado liquidez en las economías para apoyar la recuperación de la demanda e impulsar una reactivación económica.
Y muchos economistas coinciden en que las tasas bajas, también conocidas como el “dinero barato”, continuarán en la región por un buen tiempo más, precisamente porque no se ve un repunte importante de las presiones inflacionarias.
Esto se debe, agrega, a la severidad del daño al mercado laboral provocado por la pandemia y a la dinámica que han mostrado las inversiones. Y en algunos casos, a las debilidades económicas de los países previas a la crisis de 2020.
Las proyecciones de organismos internacionales apuntan a que en 2021 habría una recuperación con un crecimiento económico regional cercano al 3,7%, aunque todo depende de cómo evolucione la pandemia y la disponibilidad de vacunas para protegerse del Covid-19.
Con información de BBC Mundo