No importa si tienes el mejor producto o servicio del mundo, jamás se venderá por sí solo. El arte de vender pasa por un proceso de conectar con tus potenciales consumidores y, sobre todo, por generar un vínculo emocional.
El storytelling es un término que literalmente significa “contar historias”. Esto se trata de una estrategia de sensibilización donde colocar nuestros productos o servicios en la mente de otros es un arte. El storytelling consiste en estimular la imaginación de nuestros públicos para atraerlos, persuadirlos e incluso seducirlos.
La productividad y la rentabilidad no se limita únicamente a una transacción de compraventa, sino que lo que vendemos es una experiencia, por eso lo que terminamos vendiendo son emociones. Por ejemplo, una empresa de productos orgánicos necesita contar una historia de porqué es importante comprar ese tipo de productos y no los industriales.
Todos tenemos una historia que contar, una historia con la que podemos inspirar.
El storytelling, primero debe ser gráfico o audiovisual; segundo, tener texto; tercero, que el relato sea emocional; y cuarto, que destaque los atributos del producto o servicio de una forma sublime.
En suma, el storytelling es responder a las preguntas de cómo, dónde, quién, cuándo y por qué, así como dejar un mensaje de fondo, algo que haga estimular la necesidad. En definitiva, como decía Elie Wiesel, las personas se convierten en los relatos que escuchan y los relatos que cuentan.