En Chimaltenango se han registrado – al 16 de junio del 2020 – 274 casos positivos de COVID-19, una pandemia que rebasa los 8 millones de contagios en el mundo. Parramos, el municipio más pequeño en extensión territorial de ese departamento, es reconocido por su actividad agroindustrial de exportación. Después de haber reportado un caso y ser controlado, hasta ahora no ha habido más. ¿Cómo lo han conseguido?
Durante una conferencia virtual organizada por el Centro para la Acción de la Responsabilidad Social Empresarial en Guatemala (CentraRSE) y AGEXPORT, tanto la alcaldesa de Parramos, Alicia Méndez, como el empresario Roberto Castañeda de Planesa, S. A., relataron cómo se han organizado en la comunidad para trabajar conjuntamente en el combate de un enemigo común: el COVID-19.
“Soy la primera mujer alcaldesa en parramos y la única en el departamento, y cuando tomamos posesión en enero pasado nunca nos imaginamos que un mes después enfrentaríamos una pandemia. Así que ese fue el primer reto, y cuando se dio el primer caso, tuvimos otros desafíos adicionales como la falta de comprensión del problema, el miedo al contagio y la discriminación hacia familias en cuarentena”, contó la funcionaria.
Sin embargo, de inmediato comenzó a coordinar con los Consejos Comunitarios de Desarrollo (COCODES) y a pensar en la continuidad de las actividades económicas, tras el primer Estado de Calamidad Pública decretado por el gobierno central.
“El primer caso de COVID-19 que reportamos fue en una mujer embarazada que estamos seguros se contagió afuera del municipio por su trabajo. Y cuando sucedió, sentimos que pese a todos los esfuerzos algo iba mal; esto nos ayudó a tomar mayor conciencia y a llevar a cabo acciones más drásticas para evitar la propagación”, agregó Méndez.
En los 16 kilómetros cuadrados de extensión territorial de Parramos hay cuatro ingresos y egresos, lo que supuso un reto logístico.
“Conversamos con los COCODES y con las empresas y habilitamos solo un ingreso y una salida al municipio en donde desinfectábamos los vehículos, pero también les dábamos alcohol en gel a cada persona. La municipalidad dio los insumos y los CODODES participaron de lleno, cuidando todos los ingresos y egresos sin entorpecer las actividades económicas que también son necesarias para los ingresos de la comunidad”, detalló la alcaldesa.
De los 15 mil 924 habitantes de Parramos, la mayoría son de origen maya Kaqchikel.
Según el Plan de Desarrollo Municipal publicado por la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia, las principales actividades económicas en Parramos son la agricultura, el comercio y la industria manufacturera de textiles y alimentos.
Entre las acciones municipales que se tomaron fue la desinfección de todas las calles, sin embargo, con el equipo que disponían, el proceso era muy lento. Allí fue donde comenzó una colaboración más estrecha con varias empresas y organizaciones de apoyo.
“Hicimos una alianza con la empresa Planesa, S. A. Nos ofrecieron un equipo con mayor capacidad con el cual avanzamos más rápido para la desinfección del municipio, porque lo que antes tardábamos todo el día, con la maquinaria que nos prestaron se hace en dos horas. Ahora desinfectamos todas las colonias, aldeas y cantones tres veces por semana, no quedó ningún callejón sin pasar por ese proceso”, precisó.
El mercado y el comercio
Un reto particular representó el mercado, dado que en Parramos no se cuenta con un edificio para tal fin.
Por ello decidieron, la Municipalidad decidió reubicar a los vendedores en un área que permitiera mantener el distanciamiento recomendado entre cada puesto, pero también comenzaron con una campaña de participación comunitaria, empoderamiento e información sobre el coronavirus.
Con el objetivo de replicar esta experiencia y apoyar a las municipalidades a prevenir el riesgo de expansión del COVID-19, AGEXPORT elaboró una guía de recomendaciones para la operación de los mercados municipales y plazas públicas frente a dicha enfermedad, la cual entregó a la Asociación Nacional de Municipalidades y al Ministerio de Economía.
Esa guía también recoge la experiencia de haber realiza protocolos de bioseguridad y de higiene para todos los sectores exportadores, que, por su naturaleza, ya observan estrictos controles.
La jefa edil señaló que sí hubo momentos en los que se evidenció la necesidad de la población en cuanto a los alimentos. “Había banderas blancas por todos lados, pero las empresas y las oenegés nos apoyaron de gran manera. Nos donaron pan, hortalizas, alimentos, porque no podíamos tomar medidas si había hambre, las personas necesitan comer”, indicó.
La unión hace la fuerza
Connie Beneitez de Paiz, presidente de AGEXPORT e integrante de la junta directiva de CentraRSE, reflexionó sobre el rol de las empresas en la sociedad. “Va más allá de la generación de empleo y riqueza, y se extiende generar valor social y ambiental en el entorno donde operamos cada uno”, hizo ver.
Por aparte, el presidente de Planesa, S. A., Roberto Castañeda, recordó que hace unos 30 años, hubo una enfermedad que afectó a las berries que se producen en el área y fue con el apoyo del Centro para el Control, la Prevención de Enfermedades de Atlanta, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA en inglés) y el gobierno de Guatemala, que lograron desarrollar un plan modelo de excelencia enfocado en la seguridad alimentaria, lo que además permitió la admisibilidad de esos frutos en el vecino país del norte.
“Esa experiencia fue valiosa, porque desde entonces tomamos muchísimas medidas de higiene y limpieza. Eso ya es una práctica recurrente ahora. Tenemos un chat con exportadores de AGEXPORT y nos mantenemos en monitoreo. Estamos en época de mucha producción, que genera empleo”, añadió.
Planesa, S. A. es una empresa exportadora de frutas y vegetales ubicada en Parramos con más de una década de operaciones.
“Nosotros priorizamos la salud de las personas, es lo más importante, pero tampoco queríamos que las familias se quedaran sin generar ingresos. Hemos trabajado junto con el gobernador, con la policía, con todos. Estamos tratando de salvar vidas, desde lo que podemos hacer, con higiene en las plantas de producción, pero también contribuyendo con nuestras capacidades para preservar la salud en las comunidades”, afirmó Castañeda.
Según el empresario, ahora la aspiración es que el municipio se vuelva un modelo de la nueva agricultura, moderna y tecnificada.
“Queremos que la población comprenda que no estamos allí – en Parramos – solo para exportar, sino que estamos allí para ellos y por ellos, que somos parte de la comunidad y que nos tenemos que cuidar todos juntos para salir bien de esto. Las personas son parte de nuestra vida”, puntualizó.