Existen muchas limitantes para el crecimiento económico. De hecho, estudios más recientes que sirvieron de base para elaborar la Política Nacional de Competitividad 2018-2032 identifican once brechas de país, entre las cuales, la que más está afectando la posición de Guatemala en el Informe Global de Competitividad que publica el Foro Económico Mundial, es precisamente la infraestructura, en especial la infraestructura vial.
Para todos los que por cuestiones de trabajo tenemos que viajar a los departamentos de la provincia del país, no es nada sorprendente ver las pésimas condiciones de nuestra infraestructura vial. Somos el país de América Latina con la peor calidad de carreteras, lo cual nos ubica en la posición 132 de 141 países evaluados y tenemos el último lugar de la región (solo comparado con países de África) en el Índice de Conectividad Vial.
Tenemos 1 metro de red vial pavimentada y de terracería por habitante, cuando países como Costa Rica tienen 8.7, Nicaragua 3.9 y El Salvador 2.3. Si esto lo comparamos con países más desarrollados, Estados Unidos tiene 20.5 metros de infraestructura vial por habitante, Brasil 7.9 y México 4.1.
Incluso si comparamos la red vial que tenemos por los metros de carretera por superficie de cada país, encontramos que Guatemala está en la cola de Centroamérica. Costa Rica tiene 830.3 metros de red vial por kilómetro de superficie, El Salvador 719.5, Nicaragua 185.14 y Guatemala 151.14.
Los vaivenes políticos hacen que se cambie ministros y con ellos viceministros, asesores y equipos técnicos de los diferentes departamentos y dependencias del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, lo cual imposibilita la planificación a largo plazo de la infraestructura vial.
Desde el año 2000 la velocidad promedio a la cual nos desplazamos por el territorio nacional en carreteras cayó de 58 kilómetros por hora a 28 actualmente, lo que ha tenido un impacto directo en la inflación en varios departamentos, ya que los transportistas deben utilizar más tiempo y costos para mover la carga de los productos.
El Fondo Monetario Internacional estima que un aumento del 1 por ciento del Producto Interno Bruto en infraestructura vial, podría reducir la pobreza extrema de 23 a 18 por ciento.
La tasa de crecimiento de kilómetros al año de la red vial en promedio desde 1996 es de 216 kilómetros nuevos por año, lo cual hace que la velocidad a la que crece nuestra infraestructura vial sea de las más deficientes del mundo.
Por ello, con el objetivo de acelerar la construcción de la infraestructura vial, el Congreso de la República ha venido trabajando la iniciativa 5431 de la Ley General de Infraestructura Vial, que se encuentra pendiente de ser aprobada en segundo debate.
Esta iniciativa presenta grandes ventajas para el país:
- Le genera una mayor capacidad de planificación y factibilidad técnica al Estado para mejorar la infraestructura vial.
- Facilita que los proyectos sean licitados directamente, sin ir al Congreso de la República.
- Se legisla el procedimiento técnico del Derecho de Vía para permitir mayor agilidad, respetando el debido proceso y la propiedad privada, a la vez que se garantizan reglas claras para la construcción de carreteras.
- Se dota de mayor institucionalidad al Estado para fortalecer el proceso de adjudicación de contratos de carreteras, bajo estándares internacionales (posibilidad de pago por indicadores para construcción, operación y mantenimiento) – lo cual garantiza mayor calidad a las carreteras.
- Triplica los fondos para carreteras y la posibilidad de tener un fondo vial (sin aumentar impuestos) y la posibilidad de tener carreteras nuevas con peaje (donde exista capacidad de pago y vías alternas).
- Da certeza jurídica al uso del subsuelo (capacidad para hacer túneles).
- Genera certeza al Estado y al inversionista para atraer Inversión Extranjera Directa (US$ 3 mil millones en los próximos 2 años).
¿Se imagina estimado lector que nuestro país pudiera tener 20 mil kilómetros nuevos adicionales de red vial durante los próximos veinte años? Esto será posible, si modificamos el esquema actual de construcción de carreteras.
Con la Ley General de Infraestructura Vial se hará posible la planificación de nuevos proyectos de infraestructura, generar un proceso para su debida factibilidad técnica, se establecerán mecanismos claros para su licitación, se resuelve la forma en que el Estado garantiza el derecho de vía y se determinan procesos transparentes para la adjudicación, construcción, operación, supervisión, remuneración y sanción de cada proyecto. ¡Adelante Guatemala!, la oportunidad de tener mejores carreteras es ahora.