Perspectivas Globales
Tablero de impacto del coronavirus: midiendo los efectos del distanciamiento social en la movilidad de América Latina y el Caribe
La vida como la conocemos ha cambiado drásticamente de la noche a la mañana como resultado del coronavirus. Alrededor del mundo se han tomado diversas medidas para desacelerar el aumento exponencial de las infecciones y reducir la presión en la capacidad de los sistemas de salud para atender estos casos. En las últimas semanas, muchos países han incrementado sus esfuerzos para adoptar medidas de distanciamiento social tales como cierre de escuelas, limitaciones a grandes congregaciones de personas, y cierre de fronteras. Más recientemente, algunos países han implementado cuarentenas obligatorias, con órdenes de permanecer en casa, y cierres de negocios no esenciales.
Dado que la enfermedad del coronavirus (también conocido como COVID-19) ha golpeado a América Latina y el Caribe después que a otras regiones, la adopción temprana y efectiva de medidas de distanciamiento social podría darle un giro a la situación. La región aún tiene chance de aplanar la curva de infección. Actualmente, casi todos los países de la región han adoptado algún tipo de medida de distanciamiento social y más de 10 han declarado cuarentenas totales (ver Cuadro 1 para detalles).
Pero ¿sabemos si las medidas de distanciamiento social están realmente funcionando? ¿Qué impacto tendrán estas medidas en ayudar a América Latina y el Caribe a enfrentar el coronavirus?
El BID y BID Invest han unido esfuerzos para lanzar el Tablero de impacto del coronavirus para monitorear en tiempo real el impacto del virus en los países de la región. El tablero rastrea una serie de variables para proveer a formuladores de políticas públicas en América Latina y el Caribe, epidemiólogos, y al público en general medidas de impacto del brote del coronavirus en el comportamiento de las personas y en la actividad económica.
La primera versión del tablero incluye datos diarios sobre casos de infecciones y muertes, así como proxies para el distanciamiento social tales como cambios en la intensidad de congestión de tráfico y el uso de transporte público. Conforme evolucione la crisis, estaremos actualizando constantemente los datos y agregando variables para ayudar a entender y combatir el impacto del coronavirus en la región.
¿Por qué monitorear la congestión del tráfico? Cambios en los patrones de la congestión del tráfico pueden ayudar a medir el grado de distanciamiento social al capturar las decisiones de movilidad de las personas, así como las variaciones en la actividad económica. De acuerdo con un reporte de INRIX, el tráfico puede ser un indicio de una economía saludable ya que mide el traslado de las personas a su trabajo y el movimiento del comercio. Mientras que la capacidad de una vía es generalmente constante (a no ser que se mejore o expanda), el número de personas y comercio que transita una vía fluctúa en parte de acuerdo con la actividad económica.
Los datos de congestión del tráfico que se reportan en el tablero provienen de nuestra alianza con Waze, una aplicación que se alimenta de información suministrada por sus usuarios. Como parte de dicha colaboración, recibimos datos agregados y geocodificados en tiempo real sobre las condiciones del tráfico, y alertas reportadas por usuarios de Waze a lo largo de América Latina y el Caribe cada dos minutos. Utilizando esta información, construimos una medida de Intensidad del Congestión del Tráfico (ver detalles aquí en inglés solamente) para capturar las variaciones diarias y medirlas en base a un periodo de referencia. Designamos la semana del 1 al 7 de marzo de 2020 como el período de referencia o comparación debido a que en esa semana los patrones del tráfico no fueron afectados por feriados regionales (por ejemplo, carnaval o el receso de verano de las escuelas) y aún había muy pocos casos reportados de coronavirus en la región. Adicionalmente, las restricciones o recomendaciones de distanciamiento social no habían sido aún emitidas por los gobiernos.
Los datos indican que la Intensidad de Congestión de Tráfico en la región ha disminuido significativamente desde el principio de la crisis como lo muestra el gráfico 1. En promedio, para el período entre el 8 y el 26 de marzo, la congestión en las áreas metropolitanas de Bogotá, Buenos Aires, Lima, Ciudad de México, Puerto España, Sao Paulo, y Santiago cayó entre 34 por ciento y hasta 63 por ciento, con la mayor disminución observada en Puerto España y la menor en Ciudad de México (ver el tablero para más datos a nivel de áreas metropolitanas y de país). Curiosamente, en la semana terminada el 15 de marzo, cuando casi ningún país había todavía implementado medidas de distanciamiento social, la congestión estaba ya más ligera de lo usual en varias áreas metropolitanas, con las mayores disminuciones observadas en Puerto España (33 por ciento) y Bogotá (20 por ciento).
Es evidente que el comportamiento de las personas está cambiando rápidamente. Aunque esto puede ser parcialmente explicado por el miedo, el deseo de evitar el contagio, o un compromiso personal para ayudar a reducir la propagación de la enfermedad, las respuestas más extremas parecen ser impulsadas por las medidas impuestas por los gobiernos. Por ejemplo, un fuerte descenso en la Intensidad de Congestión de Tráfico comenzó en la semana del 16 de marzo, momento en el cual casi todos los países de la región habían implementado algún tipo de medida de distanciamiento social. Las áreas metropolitanas que se destacan son Lima (disminución de 86 por ciento) y Puerto España (disminución de 83 por ciento). Aunque pueda ser muy pronto para determinar el impacto total de las cuarentenas y de otras medidas, para el 26 de marzo Bogotá, Buenos Aires, Lima, Puerto España y Sao Paulo registraban una disminución en la Intensidad de Congestión de Tráfico cerca del 90 por ciento o más.
Un análisis de datos del transporte público sugieren patrones similares. El gráfico 2 muestra datos sobre el uso del sistema autobús de tránsito rápido, el Metropolitano, en Lima donde la utilización del transporte público disminuyó alrededor de 80 por ciento en comparación a niveles típicos. Asimismo, datos de Moovit, una aplicación de movilidad urbana, muestra descensos que van desde 41 por ciento hasta 88 por ciento en ciudades a lo largo de América Latina (Gráfico 3).
Otros análisis también han comenzado a aproximar los efectos del distanciamiento social en la región. Un blog reciente del BID mostró como las búsquedas en Google de “Netflix” han estallado en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe (47 por ciento en promedio), mientras que búsquedas de “cine” (-42 por ciento) y “restaurante” ha disminuido drásticamente (-34 por ciento), un reflejo de que las personas se están quedando en casa cada vez más.
Estos análisis no son meramente curiosidades académicas, creemos que monitorear los efectos del distanciamiento social es muy importante. Existe evidencia de brotes anteriores, incluyendo la pandemia de gripe de 1918 y el brote de Ébola de 2014, de que el distanciamiento social puede limitar efectivamente la propagación de la infección. Las restricciones que los gobiernos están imponiendo en todo el mundo reflejan el consenso de que estas son acciones dolorosas pero necesarias. Proveer evidencia de dónde y cuándo estas restricciones están funcionando bien (o cuándo y dónde no) pueden guiar respuestas de política inmediatas que podrían salvar vidas.
En las semanas por venir, probablemente comenzaremos a observar otros impactos más allá de aquellos observados en el tráfico. Invitamos a los gobiernos y a las empresas que recolectan datos de alta frecuencia a asociarse con nosotros en el Tablero de impacto del coronavirus de manera que podamos continuar generando conciencia sobre los efectos del coronavirus y ayudar a difundir esta información a América Latina y el Caribe.
Son tiempos muy desafiantes para los países alrededor del mundo, pero los efectos del coronavirus pueden ser potencialmente peores en los países en desarrollo donde la infraestructura de los sistemas de salud es limitada y las inequidades económicas preocupantes. Asegurarse de que los ciudadanos en América Latina y el Caribe se mantengan en casa y sigan estrictamente las recomendaciones de distanciamiento social puede realmente hacer una diferencia en la capacidad de la región para enfrentar esta pandemia.■