Opinión

Del Pacto Verde Europeo al Plan por una industria limpia

Pacto Verde

El Pacto Verde Europeo (PVE) fue puesto en marcha por la Comisión Europea en 2020 y consiste en la hoja de ruta trazada por la Unión Europea (UE) para convertirse en la primera región climáticamente neutral del mundo en 2050.

Esto significa que, para esa fecha, se espera que las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE sean equilibradas o compensadas en su totalidad, por medio de la eliminación o absorción de gases del mismo tipo.

El enfoque del PVE fue desde un inicio transversal y por ende su implementación conllevó en los años subsiguientes, la adopción por parte de la UE, de un conjunto de estrategias y medidas relacionadas con el clima, energía, transporte y fiscalidad para ajustar las políticas y normativas europeas a esta nueva visión.

Entre las estrategias más emblemáticas del PVE y con efectos importantes para terceros países exportadores a la UE, cabe mencionar la Estrategia de la Granja a la Mesa (2020), por la que se busca asegurar que los alimentos producidos e importados a la UE sean sostenibles, tengan un menor impacto ambiental y respeten la biodiversidad; el paquete legislativo Fit for 55 (2021), por el que se busca reducir por lo menos un 55 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, en comparación con los niveles de 1990; y el Plan RePower (2022), iniciativa destinada a aumentar la producción interna de energía limpia en la UE y diversificar su matriz energética.

Ejemplos de las normativas más representativas derivadas de estas estrategias son la aprobación en 2023 del Reglamento de la UE sobre productos libres de Deforestación y el Mecanismo de Ajuste en la Frontera por Carbono (CBAM por sus siglas en inglés).

A pesar de los avances en la implementación del PVE en sus primeros años, el panorama para su implementación cambió profundamente en el transcurso de 2024, debido a una gran diversidad de factores, tales como el conflicto en Ucrania y su impacto en el costo energético para Europa; la crisis económica global postpandemia y los altos índices de inflación observados en el bloque europeo; así como los resultados de las elecciones del Parlamento Europeo que generaron un cambio en las prioridades y los enfoques considerados más convenientes para afrontar los nuevos retos.

En este nuevo contexto, la Comisión Europea presentó a inicios de 2025, el Plan para una Industria Limpia que constituye una nueva estrategia, destinada primariamente a fortalecer la competitividad de la industria europea, con un componente ambiental importante y ligado al PVE (v.g. apoyo a la descarbonización acelerada, fomento de las tecnologías limpias y de la economía circular).

Esta estrategia conlleva una importante dotación financiera e incentivos fiscales por los que se buscará promover la competitividad, reducir los costos energéticos y simplificar el marco regulatorio para las empresas. Esta tendencia se vio claramente reflejada en la reciente simplificación y reducción de las cargas administrativas de la Directiva sobre Información Corporativa en Materia de Sostenibilidad (CSRD), la Directiva de Diligencia Debida en Materia de Sostenibilidad Corporativa (CSDD) y el CBAM, consideradas todas instrumentos de sostenibilidad de gran relevancia.

Las nuevas medidas impulsadas por la UE vinculan el fortalecimiento de su competitividad con la sostenibilidad y la protección ambiental, y se enmarcan en un contexto de diversificación y fortalecimiento con terceros países. De esta cuenta, la preparación en áreas como la sostenibilidad y la trazabilidad seguirán siendo clave para las exportaciones de productos a la UE y será por ende de gran importancia, continuar los esfuerzos nacionales en esta materia, con el propósito de maximizar las oportunidades comerciales del mercado europeo.

Podcast: cómo prepararse con el Pacto Verde y exportar hacia la Unión Europea

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