Los programas de cumplimiento no son únicamente para las grandes empresas. Se pueden y deben hacer a la medida.
Por: Paola de la Torre – abogada – pdelatorre@blplegal.com
La preocupación creciente por la ética y el compliance es un fenómeno que tiene explicaciones que son necesarias conocer y entender para avanzar en la determinación de los estándares que debemos gestionar para tener un efectivo impacto en las organizaciones.
El compliance es un conjunto de políticas y procedimientos encaminados al cumplimiento normativo por parte de la empresa y de todos sus empleados. Incluye normativa nacional, internacional e interna. Esta normativa afecta la actividad empresarial directamente.
Pareciera que esta visión llegó para quedarse, pero aún existe mucho desconocimiento acerca de la forma de implementar programas eficaces de compliance.
Tan importante es la efectividad del programa de cumplimiento como el programa mismo. Su implementación en la empresa debe ir enfocado directamente con el nivel de riesgo, tamaño, giro, posicionamiento en el mercado y socios comerciales de la empresa.
No es necesario un programa de cumplimiento elaborado y complejo si las operaciones o riesgos de la empresa no las son.
El mito del costo elevado y la cantidad de horas que hay que invertir para implementar un programa de cumplimiento debe de ser, a mi criterio, erradicado. El tamaño y la complejidad de un programa de cumplimiento en la empresa es consecuencia directa de haber identificado el nivel de riesgo que tiene la empresa. Para esto, es importante realizar un proceso de evaluación de riesgos, mejor conocido como Risck assessment.
Implementar un programa sin antes haber definido e identificado los riesgos es implementarlo con los ojos cerrados.
Nota publicada originalmente en la edición 290 de la revista Dataexport.