Opinión
Invertir en conocimiento para implementar innovación
Actualmente la innovación constituye un componente importante para la creación de riqueza. La tendencia mundial a identificar los aportes de la economía naranja, se vinculan estrechamente con la innovación.
Claudia García Mancilla – Coordinadora del área económica de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES)
Si bien la innovación tiene énfasis en tecnología, también se trata de aquello que se realiza de forma diferente para que un bien o servicio producido tenga mejora y valor agregado de utilidad. Pero la innovación se crea a través de la investigación y el desarrollo (I+D), lo cual comprende explotar la creatividad y el flujo de nuevas ideas, de forma sistemática, que finalmente se convierten en un cúmulo de conocimiento y aprendizaje.
Los países cuyas empresas tiene una fuerte inversión en I+D han desarrollado mayor productividad y por lo tanto mayores ingresos para sus economías. De ahí que países como Japón, Estados Unidos, Israel, Suecia, Corea del Sur, Alemania, entre otros de alto ingreso, sean reconocidos por la alta inversión que realizan en I+D.
El resultado es que cuentan con bienes y servicios con un fuerte componente de innovación y de tecnología que los convierte en productos con alto valor agregado. Los países en desarrollo en cambio, principalmente proporcionan materia prima derivado su escasa inversión en I+D.
Sin embargo, el fomento de la inversión en I+D debe venir acompañado de una política pública fuerte orientada a brindar las capacidades necesarias para que se desarrolle la investigación y el desarrollo de conocimiento que finalmente concluya en la aplicación de componentes de innovación en los procesos de producción.
El sector empresarial por sí solo no genera conocimiento y por lo tanto innovación, por lo que se requiere de políticas públicas que fomenten la inversión en I + D que finalmente resulten en innovación.
En Guatemala, la innovación es un tema que requiere de mayor promoción.
Según la 61ª Encuesta Empresarial realizada por ASIES, el 52 por ciento de los empresarios guatemaltecos incluyen dentro de su planificación recursos para la innovación y el desarrollo, pero el 48 por ciento de los empresarios aún no tiene en consideración dentro de su planificación la realización de actividades de innovación y desarrollo.
Así mismo, la encuesta reveló que, de las diversas formas de innovación, un 49 por ciento de las empresas se concentran en innovación al producto, mientras solamente un 24 por ciento contempla innovación en sus procesos.
En donde menores esfuerzos se invierten las empresas guatemaltecas es en la innovación en comercialización (13 por ciento) y la innovación en organización (14).
Esta breve reflexión indica que en Guatemala aún hace falta implementar políticas orientadas a impulsar mayor grado de sofisticación de procesos, que permita que las empresas se adapten de manera innovadora a las nuevas tendencias de los mercados.
Es probable que las empresas reaccionen a la coyuntura y la circunstancia más que contar con una planificación y visión de largo plazo para la adecuada generación de innovación en su actividad productiva.