Las fugas económicas del comercio ilícito crean una pérdida anual estimada de US$ 2.2 billones en la economía global, reveló un estudio.
De acuerdo con el reporte de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), que citó a Teresa Moreira, jefa de políticas de competencia y consumo del organismo, dicha cifra representa casi el tres por ciento de la economía mundial.
“Si el comercio ilícito fuera una economía, sería el octavo más grande del mundo”, sostuvo Moreira en la sede europea de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, a propósito de su participación en un foro organizado por la Unctad y la Alianza Transnacional para Combatir el Comercio Ilícito (Tracit).
La comercialización ilícita pone en peligro de manera significativa todos los aspectos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que priva a los gobiernos de los ingresos por inversiones en servicios públicos vitales, añadió.
El director general de Tracit, Jeffrey Hardy, estableció por su parte que el trasiego ilegal de productos farmacéuticos se valora entre US$ 75 mil millones y US$ 200 mil millones anuales, mientras que los delitos contra la vida silvestre tienen un valor de U$ 23 mil millones.
Hardy estimó, además, que el comercio ilícito socava el logro de los objetivos económicos para la reducción de la pobreza, el empleo decente y el crecimiento económico.
Cuando genera ingresos para los grupos criminales y terroristas organizados, este flagelo socava los objetivos de paz y estabilidad, agregó.
El funcionario consideró que la mayoría de las formas de comercio ilícito también saquean los recursos naturales, abusan de las cadenas de suministro y, en última instancia, exponen a los consumidores a productos falsos y potencialmente dañinos, que afectan los objetivos relacionados.
Como respuesta a estos desafíos, Tracit mapeó el impacto de los ilícitos en los ODS para ayudar a los gobiernos y las empresas a comprender mejor dónde y cómo la actividad ilícita socava el progreso en cada una de las metas.